Yo me siento afortunada porque día a día descubro ese propósito en cada formación y en cada propuesta de colaboración. En cada nuevo proyecto encaja una pieza de ese puzle de vida y es una sensación maravillosa.
En el camino de mi vida he ido construyendo, sin saberlo, el camino de lo que hoy es crecer Sumando. La vida me ha ido dando oportunidades que, como fichas de puzle, han ido encajando.
Mi propósito es poner voz a las acciones que pueden generar daño en la relación con los demás, proporcionar alternativas para relacionarnos desde otro lugar manteniendo el equilibrio entre las necesidades de las personas. Difundir, extender y velar por el buen trato como pilar de un mundo mejor y promover una cultura basada en el sentimiento de Comunidad que nos empuje a ser conscientes de que todo lo que hacemos tiene un impacto para poder elegir acciones que dejen huellas bonitas. Esto no tiene nada que ver con la perfección sino más bien con la humanización. Repararnos en el erro nos hace humanos.
Mi objetivo es acompañar a las personas que estén dispuestas para tomar consciencia y emprender un camino personal dirigido a desarrollar modelos de relación social basados en el respeto mutuo y que promuevan la responsabilidad personal, y social y que contribuyan a eliminar patrones de relación violentos entre personas y que promuevan la reparación del daño cuándo se haya generado como un elemento más de cuidado y buen trato.
En japonés se utiliza la palabra Ikigai para definir el propósito de la vida. Se compone de 4 áreas: en lo que eres bueno, lo que despierta tu pasión, lo que el mundo necesita, por lo que te pueden pagar.
He encontrado mi IKIGAI en este proyecto, ya que soy buena comunicando, mi pasión es cuidar la infancia y la adolescencia, además me enriquece y me apasiona. Siento que el mundo necesita buen trato, comunidad, responsabilidad y amabilidad, necesitamos sonrisas en un mundo cargado de prisas, enfados y estrés. Mi amor por lo que hago unido a mi exigencia personal, hacen que esté en constante formación para ofrecer lo mejor y para que sea un trabajo por el que merezco ser pagada.
Mis valores, algo que intento que esté presente en cada formación y en mi día a día, son mi mapa y mi brújula.